Los medios técnicos para generar interacción en vivo entre los participantes a un evento son importantes; redes de networking o foros son ya dos clásicos esenciales.
Sin embargo, conseguir la interacción en vivo entre el público hace que el evento se convierta en una experiencia inolvidable.
El modo en que Erik Peekel involucra a los participantes en su programa ha creado escuela. Él consigue mantener a los asistentes en una actitud de escucha activa con ideas prácticas, que desafían los formatos tradicionales para incluir elementos de interacción viva en sus eventos. Los resultados han sido geniales.
1-Posturas físicas y planteamiento de interrogantes
Con una duración máxima de 30 a 40 minutos, el ponente trata de usar posturas físicas que apoyan lo que está diciendo mientras su cuerpo se mueve de lado a lado en el escenario y apoya lo que está diciendo con imágenes.
Según las estadísticas, una persona recuerda un 20% de lo que escucha, un 30% de lo que ve y un 50% de todo lo que ve y escucha. Se trata de transmitir, no de narrar, y por ello puedes conseguir que el público participe si creas dos ejes, es decir, si lanzas dos preguntas a la vez con la finalidad de hacer que la audiencia piense.
2-Formato World Café
Este formato permite máxima flexibilidad según las características específicas del contexto y el objetivo planteado. Una vez configurada la sala con mesas redondas con un número indeterminado de personas máximo por cada mesa.
El formato elegido por Erik fue un total de 90 minutos, con ocho personas por mesa, el facilitador de cada mesa se queda siempre fijo y realiza una recapitulación de lo visto anteriormente; los participantes de cada mesa circularon por un total de tres mesas permaneciendo 30 minutos en cada una.
Mientras el primer grupo traza las líneas de ideas y asociaciones, el segundo grupo realiza la conversión de esas ideas en acciones y el tercer grupo selecciona qué acción de las propuestas llegará hasta su desarrollo.
3-Técnica de la pecera. The Fishbowl conversation
La técnica de la pecera se basa en realizar un debate que en realidad es sencillo de moderar, permite la participación de decenas de personas. Para su puesta en práctica son necesarias tantas sillas como participantes.
Lo ideal es trabajar con 30-40 personas y un máximo de 20-30 minutos. Cuatro de las sillas se sitúan en el centro de la habitación, tres de ellas ocupadas mientras que una quedará siempre vacía.
Este pequeño grupo debate sobre el tema a tratar, mientras que el resto de participantes están sentados en el exterior y observan sin interrumpir. Sin embargo, en cualquier momento un delegado de este grupo grande puede unirse a la silla vacía, lo que hará que uno de los tres que ocupaban el centro debe irse de forma voluntaria.
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